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Actualmente las innovaciones terapéuticas para combatir el cáncer significan un gran avance en el pronóstico de la enfermedad y en la calidad de vida de los pacientes. Sin embargo los efectos secundarios de estas terapias aún siguen afectando a la piel (facial y corporal). Prevenir o mejorar estos efectos adversos es posible mediante cuidados estéticos y la aplicación de productos dermocosméticos que ayudarán a mejorar el bienestar general del paciente.
Es posible que debido a este tipo de tratamientos tu pelo caiga y tu piel y uñas sufran algunos cambios. De forma general pueden aparecer síntomas como la deshidratación intensa, grietas, fisuras, irritación, erupciones acneiformes, manchas, inflamación y dolor en las áreas de soporte, etc.
La mayoría de los pacientes tratados con quimioterapia suelen padecer sequedad cutánea, dado que estos fármacos provocan una proliferación celular cutánea acelerada (se acelera la velocidad de renovación de la piel), induciendo a una pérdida excesiva de fluidos intercelulares que dejan una piel seca, descamativa y agrietada.
La radioterapia también ocasiona problemas de sequedad y atrofia cutánea en las zonas de la piel que han sido tratadas.
Estas alteraciones, en su mayoría, son transitorias y pueden prevenirse o mejorar teniendo en cuenta algunos consejos sobre cuidados estéticos.
Sabiendo que los tratamientos contra el cáncer pueden tener efectos secundarios muy agresivos en la piel, es importante ante un diagnóstico precoz que dediques un tiempo al cuidado de tu piel con una buena higiene e hidratación profunda que puedes iniciar de tres a cuatro semanas antes de la primera intervención.
Durante el tratamiento, ante la creciente deshidratación, te hará falta una hidratación suplementaria con el uso de sustancias humectantes, emolientes (sustancias como la urea, ácido láctico…, que ablandan la piel) y productos que aporten componentes de la película hidrolipídica que se va perdiendo (ácidos omegas, lípidos epidérmicos…) para que esta barrera selectiva se mantenga bien hidratada, firme y más sana.
Es muy habitual que la quimioterapia produzca hiperpigmentación (manchas sobre la piel). Esta hiperpigmentación no se puede evitar pero sí atenuar para que las manchas no sean tan oscuras. Para ello, deberás utilizar un filtro solar con pantalla total cada vez que te expongas a la radiación solar, incluso cuando esté nublado o no brille el sol.
Al recibir un tratamiento de quimioterapia o radioterapia puedes sensibilizarte a determinados productos de uso tópico que anteriormente nunca te habían producido alergias. Por eso es muy importante que tengas claro que puedes o no debes usar.
Al estar bajo tratamiento de quimioterapia o radioterapia es muy importante extremar las medidas de higiene de tu piel. Sea cual sea tu tipo de piel, la limpieza personal es esencial para la efectividad de los tratamientos.
La suciedad que se acumula a lo largo del día en la superficie de la piel es el entorno ideal para la proliferación de microorganismos que pueden resultar un peligro para tu piel. Esta suciedad impide el buen funcionamiento de la epidermis.
La limpieza facial por tanto, se hace imprescindible realizarla dos veces al día y no más, ya que podría acabar siendo irritante.
Es de suma importancia dedicarle tiempo a la higiene de tu piel ya que de ello dependerá la correcta absorción de los productos hidratantes que deberías aplicarle para su cuidado.
Aunque entendemos que durante todo el proceso oncológico estarás pendiente del aspecto médico, vemos importante que le dediques un tiempo a cuidar y prevenir los efectos secundarios que los tratamientos puedan provocar en tu piel.
Ese momento dedicado a ti en el que podrás desconectar y relajarte. Dejándote mimar por nosotros ofreciéndote los cuidados estéticos y los productos específicos que en estos momentos tu piel necesita.
Te ayudamos a que tu piel y tú os sintáis más confortables.