Infección muy frecuente en la infancia. Es productora de epidemias escolares. Se trata de múltiples “granitos” de color piel con una umbilicación central. Se contagia por contacto directo. Existen tratamientos químicos y físicos para su curación.
En adultos se considera una enfermedad de transmisión sexual por lo que es obligado un screening de enfermedades de transmisión sexual.