La dermatitis seborreica es una enfermedad inflamatoria crónica que se caracteriza por lesiones eritematodescamativas que afectan a las zonas donde las glándulas sebáceas son más numerosas: cuero cabelludo, zona centrofacial, preesternal y pliegues. Afecta al 5% de la población y su fisiopatología es todavía desconocida, aunque parece estar relacionada con la secreción sebácea alterada, sistema inmunitario, susceptibilidad individualidad, infección por malassezia y factores neurológicos, psicológicos, climáticos y nutricionales. El estrés emocional y la depresión también juegan un papel importante en dicha patología.
Nos encontraremos con máculas o placas bien delimitadas que varían desde el rosa hasta el marrón rojizo recubiertas de escama grasienta. Su curso suele ser crónico pero benigno, y la recidiva es la normal. El tratamiento va dirigido a reducir la colonización de la piel por la levadura, reducir la hipersecreción sebácea y controlar la reacción inflamatoria adyacente.
Se recomendará el lavado frecuente de la zona con medidas higiénicas especiales, tratamiento tópico, evitar factores agravantes, y evitar cosméticos.