
Cambiar un hábito alimentario es fácil si sabes cómo. ¿Tenemos un buen hábito alimentario?
Cati contactó con Clínica Áureo en noviembre del 2014, cuando acudió a vernos sonreía con una mirada triste, su problema no eran sólo los 20 kilos de más por los que nos pedía ayuda, su problema era como se sentía: Cati estaba atrapada en un cuerpo que no era el suyo, en un cuerpo en el que no se reconocía y que era la causa del desánimo con el que vivía desde hacía un tiempo.
Desde el principio vimos que Cati iba a cumplir con todo lo que le propusiéramos, no sólo quería solucionar su problema de sobre peso, debía hacerlo y era una mujer con la fortaleza necesaria para enfrentarse a sus debilidades y afrontarlas sin miedo, desde el principio vimos que era una mujer valiente.
¿Dónde estaba la dificultad entonces? Estaba en su estilo de vida, en su dieta y sus hábitos. ¡Cati no sólo debía adelgazar 20 kilos, debía cambiar su vida! Debía asumir e integrar en su día a día nuevas costumbres, nuevos hábitos que no había ni contemplado hasta ese momento. Alguien dijo en una ocasión que era más fácil cambiar de ideas políticas o de equipo de fútbol que de hábitos alimenticios y recuerdo que se lo comentamos a Cati, pero ella seguía sonriendo y estuvo dispuesta a romper con esa maldición.
Y así fue; durante 9 meses, que fue lo que duró nuestro tratamiento de nutrición y dietética, fuimos aprendiendo juntos nuevos hábitos: a comer sólo lo que nuestro cuerpo necesitaba, a comer todos los grupos de alimentos de manera equilibrada, a beber agua, a abandonar los tóxicos y los productos no saludables, a hacer ejercicio físico,….. Y a que todo esto formara parte de nuestra nueva vida de manera integrada y natural. La pérdida de peso también iba cambiando la sonrisa de Cati, no siempre fue fácil, no siempre reímos pero sabíamos que lo estábamos haciendo bien, íbamos despacio porqué íbamos lejos.
La semana pasada Cati vino a su última visita en Clínica Áureo, conseguido el objetivo propuesto podíamos proceder a darle el alta. Las pautas a seguir ahora que ya no está bajo nuestra supervisión son claras y ella es quien mejor las conoce porque las ha estado aprendiendo durante estos 9 meses. La satisfacción para ambas partes de haber logrado la meta hizo de esa consulta un momento muy emotivo. Cati tiene una nueva vida por sus nuevos hábitos y porque ya no es la misma que cuando nos pidió ayuda, pero sobre todo tiene una nueva sonrisa, una de verdad. Y nosotros tenemos una nueva amiga, gracias Cati por tu confianza, pero sobre todo gracias por tu esencia: ¡eres una mujer excepcional!
Dra. Cristina Núñez Fernández
Médico Estético
Clínica Áureo
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