En este post, nuestra Dermatóloga Marta Cantarero, nos explica cómo y por qué protegernos de la radiación solar.
¿DE QUÉ NOS HEMOS DE PROTEGER?
En primer lugar debemos saber que no todas las radiaciones del sol llegarán a la tierra. Las que atraviesan la atmósfera son las UVA, UVB, luz visible y radiación infrarroja. Si continuamos dañando la capa de ozono, la próxima en llegar a la tierra será la UVC nada recomendable para nuestra piel.
Además las diferentes radiaciones tienen diferentes poderes de penetración en las diferentes capas de la piel. Así pues la radiación UVB únicamente es capaz de llegar hasta la epidermis, la UVA hasta la dermis, y la luz visible junto a la radiación infrarroja penetran más profundamente hasta hipodermis. Todo ello condicionará las diferentes consecuencias de cada radiación sobre nuestra piel.
En rasgos generales la radiación UVB es la causante de la quemadura solar aguda y de la fotocarcinogénesis (cáncer de piel) a largo plazo; la radiación UVA es causante de un fuerte estrés oxidativo en nuestras células que nos llevará principalmente a un envejecimiento cutáneo y de nuevo a la fotocarcinogénesis. La radiación infrarroja es con la que notamos el calor y es la causante de los golpes de calor (o insolaciones).
Siendo prácticas, qué es lo que ocurre un día nublado. Bien, un día nublado las nubes no van a permitir que la radiación infrarroja penetre, pero sí la radiación UVB y UVA. Por tanto estaremos expuestos a un fotoenvejecimiento de la piel y a una posible quemadura de la piel aunque no sintamos calor.
Qué es lo que ocurre con los cristales. La radiación UVB no es capaz de penetrar los cristales, por lo tanto no nos quemaremos. Pero la radiación UVA e infrarroja sí sobrepasa los cristales, por tanto si estamos frente a una ventana, o conduciendo, sí tendremos calor, si envejeceremos pero no nos llegaremos a quemar.
Un concepto importante a tener en cuenta es el de la radiación reflejada, y es que no sólo la radiación solar nos llega desde arriba, sino que las diferentes superficies son capaces de reflejar hacia nosotros esta radiación. Así pues en la nieve el 85% de la radiación es reflejada, el agua y la arena entre un 10-25%, la hierba un 2-10% y el asfalto un 2%. Por tanto cuidado que no por estar debajo de una sombrilla estamos a salvo.
¿POR QUÉ NOS TENEMOS QUE PROTEGER DE UVB Y RI?
Como hemos comentado la radiación UVB es la causante a corto plazo de las quemaduras solares y a largo plazo de una fotoinmunosupresión que llevará al cáncer de piel (lesiones de queratosis actínicas, carcinomas basocelulares, carcinomas espinocelulares y el tan temido melanoma maligno), todos ellos con diferentes poderes de destrucción del tejido adyacente y diferente poder metastásico.
¿POR QUÉ NOS HEMOS DE PROTEGER DE UVA?
La radiación UVA será la causante de la pigmentación rápida de la piel, el fotoenvejecimiento cutánea, y fotocarcinogénesis principalmente. El fotoenvejecimiento cutáneo será reconocible por una caída de la piel, un mayor grosor de ésta, falta de luminosidad, arrugas profundas y lentigos solares (“manchas de sol”).
¿CÓMO PODEMOS PROTEGERNOS?
De manera natural, nuestro cuerpo ha desarrollado maneras de protegernos como el pelo (es un factor protector principalmente en varones, ya que cuando comienzan con calvicie ésta es un factor de riesgo independiente de carcinoma cutánea en dicha localización del cuero cabelludo), el sudor (tiene un factor de protección spf 4) y el propio bronceado.
Según la pigmentación de nuestra piel podremos diferenciar diferentes colores o fototipos desde el más claro (fototipo I) hasta el fototipo VI (más oscuro) siendo en orden decreciente el riesgo de cáncer cutáneo. En general los españoles somos un fototipo III, lo que quiere decir que acabamos poniéndonos morenos tras ir a la playa un par de veces.
Exógenamente para protegernos de la radiación deberemos evidentemente evitar la exposición en las horas centrales (12h-16h), usar gorras y sombreros, gafas de sol, buscar la sombra (ojo la radiación reflejada), usar ropa con protección solar (recomendable principalmente en niños) y el uso de fotoprotectores.
FOTOPROTECTORES:
Existen fotoprotectores tópicos los cuales tienen como finalidad proteger la estructura y función de la piel contra el daño actínico que produce el sol.
Inicialmente fueron formulados únicamente para la protección UVB. Y el SFP (factor de protección solar) que vemos al comprar un fotoprotector, únicamente nos está indicando el grado de protección contra la radiación UVB (y no contra la UVA). Además es importante saber que la cantidad que debemos aplicarnos debe ser moderada y no escasa, ya que sino la protección no es alcanzada de manera óptica, y que ésta debe aplicarse cada 2-3 horas de la exposición. Estudios demuestran que se suele aplicar un 20% de la cantidad necesaria de fotoprotector cuando nos exponemos al sol y que además no la reaplicamos, por tanto aunque nos estemos poniendo un fotoprotector spf 50, realmente el efecto sería como un fotoprotector del spf10.
Es importante recalcar que no existe una relación lineal entre el número de spf y la radiación protegida. Así un fotoprotector spf 30 no protege el doble que uno de spf 15; ya que esta relación es exponencial. Un fotoprotector spf 15 protege del 93.3% de la radiación, un fotoprotector spf 20 protege de un 95%, un fotoprotector spf 30 protege 96.7% y un fotoprotector spf 50 protege el 98%. Por tanto la protección solar a partir del spf 30 ya se considera “alta”.
Si queremos que nuestro fotoprotector también nos protega de la radiación UVA, deberemos mirar en el envase que así lo sea, y además si la palabra UVA está envuelta en un círculo quiere decir que protege almenos 1/3 de la protección UVB, que ya se considera ALTA.
Existen fotoprotectores físicos, que son los famosos “pantalla total”, únicamente serán aquellos que formen una verdadera capa entre la radiación y nuestra piel no dejando penetrar y reflejando toda la radiación. Cosméticamente no son tan bien aceptados porque suelen ser más “pastosos”.
Los fotoprotectores químicos, más usados en el mercado, contienen filtros químicos u orgánicos que una vez penetrados en la piel absorberán diferentes longitudes de onda de la radiación solar así protegiéndonos. Por tanto necesitaran de 30 min para comenzar a actuar, por eso es tan importante aplicarse este tipo de fotoprotectores 30 min antes de la exposición solar.
En cuanto a los fotoprotectores biológicos, se trata de principios activos que se encargaran de potenciar los mecanismos naturales del bronceado, el sistema antioxidante cutáneo potenciando mecanismo de reparación de DNA y potenciar el sistema inmune cutáneo. Es de destacar el poder del polipodium leucotomus, uno de los más potentes antioxidantes e inmunoprotectores, comercializado actualmente.
¿QUÉ FOTOPROTECTOR ME COMPRO?
Pues depende:
Dependerá del fototipo de piel de cada uno: si somos un fototipo II (piel clara que no se broncea) deberemos usar un fotoprotector spf 50. Y si tenemos un piel oscura, con ojos oscuros que no nos quemamos podremos usar un fotoprotector spf 20-30.
Cada fotoprotector es distinto, y actualmente hay infinitud de fotoprotectores especiales para cada tipo de piel y las necesidades de cada uno: textura gel, textura crema, antiaging, oil-free., etc.
Un capítulo especial requieren los niños ya que su piel tiene unas características especiales: tienen la capa córnea más fina, su sistema inmune está poco desarrollado, su melanogénesis es poco activa y tienen una menor defensa frente a los radicales libres provocados por el sol.
El uso adecuado de un fotoprotecor durante los primeros 18 años de vida, reduce un 78% la incidencia de cáncer cutáneo.
Antes de los 21 años recibimos entre el 50-80% de la radiación.
Una quemadura en niños <8 años: tiene una incidencia de 1/1000 melanoma; y varias quemaduras en niños <8 años: tiene una incidencia de 1/100.
Consejos básicos:
Evitar la exposición en las horas centrales: 12-16h
Renovar la protección cada 2 horas y después de cada baño
Protegerse con gorra y gafas de sol
No olvidar que nos podemos quemar realizando actividades al aire libre
La arena, el agua, la nieve reflejan la radiación y pueden provocar quemaduras incluso a la sombra.
Especial atención a los niños.
Te estas protegiendo adecuadamente?
Dra. Marta Cantarero
Dermatóloga en Clínica Áureo y el Hospital Comarcal de Inca